Like a prayer

Desde que soy chica ya sea por el colegio al que fuí o por cómo me tomé dicha educación siempre, todas las noches rezaba, pero claro que no lo hacía de una manera comprometida y profunda como me decían que lo hiciera. Es que ya era lo suficientemente raro que una nena de 10 años entendiera que esa oración aprendida de memoria y a duras penas fuera una especie de código con Dios, más allá de que el Dios que nos enseñaban a adorar era un tipo medio malo, o malo del todo, que te castigaba por el 98% de las travesuras que un niño de esa edad puede hacer.
Entonces cada noche yo me acostaba, hacía la señal de la cruz y rezaba algo más o menos así: "Padrenuestroqueakdjdh, santificado jadbfuad reino akdbassk en la tierra nadhadha pan ndak tentación Amén"
Después venía un Ave María bastante similar y cuando llegaba el momento de pedir por mi familia, nuestra salud y por el trabajo de mis padres, o me dormía, o me olvidaba lo que tenía que decir, el orden y demás detalles.
Después llego la adolescencia, el momento de revelarse contra todo, pero yo seguía muy de vez en cuando rezando, pidiendo por una materia de marzo, por algún chico que no me daba bola o, esto lo recuerdo mucho, para que no nos robaran, si si, para que no entren ladrones a casa pedía!
Ahora, que mi contacto con la iglesia es nulo, que no me confieso, que no voy a misa, osea ahora que mi educación religiosa no sirvió para nada es que a la noche cuando me acuesto pienso en hablar con alguien, no sé si es Dios, Buda o quien pero me gusta reflexionar sobre lo que pasó en el día, agradecer lo que pasó, esperar otro día con espectativas y pensar en aquello que deseo o quiero que esté bien.
No rezo eso es claro, y hasta hay determinadas veces en las que discuto con quien sea que está allá arriba, ayer lo hice mientras caminaba después de saber lo de Marita y tiré un "que te crees que es gracioso que pasan cosas como esta, para dónde estás mirando, loco?", o hago preguntas del estilo "sé que me escuchan que estoy pidiendo tal cosa, ahora lo que no comprendo es por qué no me dan una manito" o saludo a no sé quien con un "hola buenas a todos por ahí arriba".
Si, es raro, pero es mi manera de armar lo que para mi es más útil, como una transformación más propia de lo que me enseñaron en el colegio. No hay reproches, culpas (bastante con las propias), no hay castigos o posibilidades de ir al infierno, sólo charlas lo más cara a cara posible con algo en lo que no me pese creer.
Amén.