miércoles, 30 de diciembre de 2009

Un regalo de Ruqui para todos

Espero que les guste tanto como a mí!
Hagan click en el título del post y a disfrutar...

Ruqui cumple

Hoy es mi cumpleaños y recibo mis 28 pirulos con mucha felicidad, porque este año hice tantas cosas diferentes que ni tiempo de aburrirme tuve. Viaje, volví, descubrí trabajos en los que disfruto y me siento contenta, descubrí que no me da miedo dormir sola, comí cosas ricas, crecí, metí la pata, estuve con mis amigos y mi familia a pesar de, por un rato, estar lejos y aprendí uno tiene que hacer las cosas porque sino no las hace nadie.
Recibo este nuevo año de vida con ustedes amigos y con todos los que quieran acompañarme. Y brindo con todos para que nuestro año esté lleno de alegría, energía positiva, cambios, estabilidad, amores, más amores y todo lo que les esté haciendo falta.
Con mi corazón, Ruqui.

miércoles, 23 de diciembre de 2009

La primera "sacada" navideña

Iba caminando por la esquina de la casa de mis padres, con mi padre, cuando veo a dos niños agachados en la vereda y supe que estaban tirando cohetes. Los miré intimidatoriamente pero no hubo caso, no declinaron en su actitud.
Estaba llena de bolsas por lo que, a medida que me acercaba a ellos, se me hacía imposible taparme los oídos. Y ocurrió lo inevitable. El estallido los sorprendió a ellos, a mi padre y a mí, con el pequeño detalle que a mi me superó la ira, me acerqué a los pibes y les dije sin tapujos "nene, porque no te vas a tirar cohetes con tu amigo a otro planeta, la re puta madre que te parió"
De la cara que debo haber puesto los pibes bajaron la cabeza y ni siquiera les dieron ganas de reírse. Mi papá no sabía si alejarse o llorar. Y yo, si, me saqué, perdón, pero que liberador!

Otra que Papá Noel

Se hizo una especie de festejo en el lugar donde trabajo, por lo que todos los que trabajamos nos juntamos a comer algo juntos, charlar, repasar el año y demás. Como soy nueva no tenía tanto para compartir más allá de algún alma piadosa que se me acercó para comentarme algo.
Apenas me senté en la mesa se me acercaron los hijos de una de mis compañeras los cuales eran simpáticos a la vista pero pensé que como con los nenes no tengo mucha onda a los pocos minutos me iban a odiar o mirar raro.
Pues permítanme decirles que no, los niños me empezaron a mirar, a lo que lo único que se me ocurrió fue decirles "qué carajo me miran?" pero no, les dije un amigable "calor no? ahora les dan Coca Cola".
Los nenitos mostraron una sonrisa de ilusión ante la necesidad de tomar algo y yo creo que por un momento también, pero como ahora yo formaba parte del mundo de los adultos me tocaba entrarle al café.
Luego sirvieron medialunas y demás cosas ricas y, cuando creí que los niños no me iban a hablar nunca más en sus vidas, siento que uno me toca el hombro y me dice "me pasas una con dulce de leche?" y el otro se copó y manda "mmmmm, a mi también, me das una?".
Desde ese momento y por los restantes 30 minutos me lo pasé pasándoles faturas a los pibes estos que eran adorables pero no paraban de comer como lima nueva.
Así me dí cuenta que no me adapto a las charlas adultas y con los niños no pego más onda que para hacerles de camarera. Soy lo que se dice una verdadera inadaptada social!

martes, 15 de diciembre de 2009

Mi día del camionero

Estaba durmiendo gustosamente cuando a eso de las 6 de la mañana un ruido ensordecedor se metió en mi sueño. Entre la confusión, el cansancio y la necesidad de evitar despertarme traté de taparme los oídos pero fue imposible.
En eso me despierto y escucho, casi adentro de mi departamento, una muchedumbre alocada que se unía en un canto que paso a relatarles: "camionero...carajo, camionero...carajo....vamooooo"
Y así seguía, evidentemente, siguió por todo el tiempo que duró el semáforo. Pero antes de desaparecer en la distancia me regaló un "ehhhh, levanta la bandera, boludo".
Ahí se acabó la intriga. Esa muchedumbre iba a la cancha de Vélez al acto de Moyano por el día del camionero (o motorishta du cameon, como dice Lula da Silva) dejando una estela de cánticos y gente, como quien escribe, que no pudo volver a pegar un ojo.

lunes, 14 de diciembre de 2009

0% de resistencia

Por alguna razón ocurría hasta hace unos años que no me gustaba la cerveza, ni el Fernet y el sábado reconfirmé la respuesta: no tengo tolerancia al alcohol.
Salimos a cenar y mientras esperábamos al resto del grupo (6 personas) empezamos con una cerveza, después llegó el resto y pedimos la comida acompañada por otra cerveza. Luego vino otra cerveza y por último el postre/trago (baileys con helado).
No hace falta que les cuente que a la mitad de la cena yo estaba un poco mareada y tras pensar y pensar me dije que tenía que ir al baño. Afortunadamente para mí, y para los demás, en el baño estaba sola por lo que hice lo que tenía que hacer y luego pasé cerca de 5 minutos con la cabeza apoyada en el marco de la puerta para ver si se me iba el mareo. Por un momento creí que no se me iba a ir nunca y empecé a pensar que iba a pasar la noche en ese baño. Las ideas que se me pasaron por la cabeza fueron varias entre las que se destacó "uh, que boluda me olvidé el celular, no les voy a poder avisar a mis amigas que me vengan a buscar. Y si me desmayo? Igual si tardo van a venir a verme".
Todo eso mientras es marco se enterraba en mi frente. Se fue un poco el mareo y volví a la mesa, mucho mejor. Luego la cena siguió bien, entendí todo lo que pasaba pero el tema fue cuando salí a la calle y me agarró el fresco de la noche. Para qué? Mientras esperaba el remis en lo de C parecía una foca tirada en el sillón. Por suerte se pasó rápido y llegué a mi hogar sana y salva para dormir y pensar que gracias a Dios de adolescente no viví esta escena lamentable.

jueves, 3 de diciembre de 2009

Alma de pacman

Desde chica descubrí que la ansiedad iba a ser parte de mi vida. Quería un helado y lo quería inmediatamente, nunca llegaba a abrir los regalos a las 00:00 hs. ya que mientras comía el melón con jamón estiraba el brazo para sacar la cinta del paquete sin que nadie lo notara, o cuando llegaba el momento de comprar los útiles para el colegio no soportaba esperar para usar los lápices nuevos y los últimos días de febrero me mandaba mis buenos dibujos que dejaban los lápices por la mitad, sin mencionar el trágico evento en que me compraron los rollers a los 12 y salí del negocio andando sin saber que los frenos no eran dos sino uno solito y que estaba en la parte de atrás del patín.
Hoy que ya no compro lápices, ni empiezo las clases, mis ansiedades no evolucionaron para nada y es entonces que me veo comprando algo y esperando llegar a casa para sacarlo de la bolsa y usarlo (superé la etapa del "me los llevo puestos" gracias a Dios!), o comprando una bolsa de papas fritas para una "circunstancia especial" para que a los 20 minutos me tire en el sillón a comer cual cerdita. Ni hablemos de las veces en que compro algo y voy en el colectivo mirando el producto cada 20 segundos y pensando en que momento lo voy a estrenar.
No sé esperar, no puedo, me cuesta, me cansa, me aburre. Cuando es mi fiesta de cumpleaños y me hacen algún regalito quiero que termina la fiesta para usarlo. Ya ni siquiera pienso en que me puede dar mala suerte usar algo antes de mi cumple ya que peor suerte es saber el suplicio que significa para mi la espera y que las pilchas, o lo que sea, estén ahí sin poder compartir un buen rato.
En fin, esta es la vida de una ansiosa de alma que no sabía que era tan ansiosa hasta que tuvo un blog y decidió escribir sobre ello.

martes, 1 de diciembre de 2009

La loca de la inseguridad

El sábado volvía de un cumpleaños y si hay algo que me gusta de mi nuevo hogar es que el colectivo que viene de Ramos me deja en la puerta de mi casa. Por eso es que le dije adiós a los remises y hola al 166.
Llega el momento de bajarme del bus, era muy tarde por lo que no había ni un alma en la avenida, por eso le metí pata con llave en mano para no perder un segundo.
Apenas empiezo a caminar para encarar la puerta relojeo que alguien se acerca. Era una piba que se había bajado del colectivo, la cual apenas me ve me dice "disculpame, esta calle es padre elizalde?" a lo que yo sin detenerme le digo que si, para que ella me continúe diciendo "ahhh, y no sabés dónde es la casa de la Mai (no sé qué nombre me dijo)". Yo no le entendía mucho por lo que dije "no, ni idea", y cuando ya estaba a punto de sospechar completamente de ella (una de la mañana, en ciudadela, buscando a una Mai, vamos!!!) la piba me dice "no te molestaría acompañarme tres cuadras para ver si encuentro la casa?"...
Yo ya estaba aterrada pensando en que mataban gallinas y bailaban como poseídos en el garage de la casa de la Mai, y lo único que se me ocurrió es decir "no, me esperan en mi casa, disculpame", acto seguido golpeo la ventana de mi hogar y digo fuerte y claro "gordo abrime que ya llegué". Si si, no había gordo detrás de la ventana esperando pero sólo yo, y ahora ustedes lo saben, y les quiero contar que fue muy efectivo porque la piba desapareció en un segundo.
Importante entonces es que, ante el peligro, hay que acudir a la imaginación, a los dotes actorales o a tener un gordo detrás de la puerta las 24 horas del día!

Se necesitan 20 dadores de sangre

De cualquier grupo y factor.

Por favor aclarar que es para el paciente Juan Carlos Vinci

Cómo donar sangre

Para donar sangre concurra a Hemoterapia (3º piso) de lunes a viernes 7.30 a 12.30 horas y los sábados de 8 a 12 horas.

Requisitos:

Edad: entre 18 y 65 años. Llevar DNI.

Peso: mayor a 50 kg.

Recomendaciones generales:

-No es necesario ayuno absoluto. Puede café, mate, te, jugo de frutas, bebidas sin alcohol, gaseosas azucaradas o edulcoradas antes de la extracción.

-También, puede ingerir algunos alimentos como pan, tostadas, mermeladas y fruta.

-Evite ingerir alimentos con grasas como crema, leche, aceite, fiambres, etc. en las cinco horas previas a la extracción.

-Si se hizo tatuajes, perforación de orejas (u otra zona corporal) y acupuntura, debe esperar un año para poder donar sangre.

Departamento de Hemoterapia
Hospital de Clínicas “José de San Martín”
Av. Córdoba 2351, 3º piso, Ciudad Autónoma de Buenos Aires (C1120AAR).
5950-8765 (Admisión Donantes)
5950-8769 (Secretaría)