lunes, 19 de septiembre de 2011

We miss you so!

La dueña de la duda

No puedo recordar un día de mi vida en que no se me haya venido a la mente una duda, no vamos a llamarla preocupación, encrucijada o punto de inflexión. Una simple y llana duda, pregunta si quieren, aparece en mi mente todos los días.
Algunas de ellas se esfumaron con la misma velocidad con la que aparecieron. Otras me siguieron incansablemente. Y algunas fueron intermitencia para, cada tanto, volver a aparecer.
Por qué dudamos, uso el plural para no sentirme tan sola, de cuanto se nos pone en frente?
Trabajos, casas nuevas, un pantalón, novios, color de uñas, posibilidades de aprobar un examen, y seguiría la lista pero me aterra recordar viejas dudas existenciales o de las más terrenales.
Yo soy de las que duda, siguiendo el consejo familiar, hasta de mi propia sombra. Y no hablo de dudar de las personas que tengo a mi alrededor. Hablo de las dudas internas que reflejan mi inseguridad de poder o no poder, saber o no saber, quedarme quieta o caminar. Ahí están mis dudas, me tienen como única y principal creadora y protagonista de mis revoltijos mentales.
Algún día dejaré de dudar? Estará bien que eso pase?
Por lo pronto, mientras dudo si este post logrará de manera acertada explicar lo que pienso, me entrego a la certeza de que no sé nada, diciendo eso a un tipo le fue bastante bien, así que hagamos la prueba.