martes, 23 de noviembre de 2010

Ruqui en el Hot Fest

Fui al Hot Fest de casualidad y les dejo un video de los Scissor Sister de una canción queno conocía pero que viene bien para viajes en colectivos y para decirle a algún ex que le vaya a cantar a Gardel. Tomá!
Y además miren lo que hizo Ruqui, ya no más clicks en el título, directo al video.

miércoles, 10 de noviembre de 2010

Te rompo el boliche

El otro día en una cena donde conté algunas de las cosas que me pasaron en la vida, llegamos a la conclusión de que mi vida es bastante sencilla pero el tema es que las situaciones en mi vida no ocurren de manera normal, siempre hay algo que las transforma en una historia para compartir.
Hoy, sin ir más lejos, me ocurrió algo así: mi madre me pide que al volver del trabajo le vaya a comprar comida a unos perritos que cuidamos. Le dije que si, y así fue que cuando salí de trabajar me dirigí al pet shop. Entro al lugar, un poco cargada de cosas como una cartera grande, un bolsito con la carpeta, una bolsa con una pilchita que me había comprado, en fin, cargada cargada.
Le pido al chico que me dé 2 kilos de alimento balanceado, lo pone en una bolsa, le pago y hasta ahí todo bien. En cuanto me entrega la bolsa me dí vuelta para salir y con la cartera tiré una caja con comida de pajarito. Luego, quise levantar la caja y tiré la bolsa de la verdulería de otra señora, quien para rematar el patético momento, y ante la mirada atónita de otro cliente, me dijo "deja deja yo lo levanto porque vas a tirar todo". Entre avergonzada y conciente de ser una boluda me fui con la sensación de haber quedado vetada para siempre del local.

lunes, 8 de noviembre de 2010

Pequeñas porciones del infierno

La vida puede ser hermosa pero como la compartimos con otros se transforma en un infierno y hay acciones que para los demás pueden ser pasadas por alto, pero en mi mundito personal pueden lograr que la bomba atómica sea visto como un Chasqui boom.
Aquí van los ejes básicos de cómo sacar a Ruqui:
- La gente que tira las botellas de gaseosa, boletos, papeles de golosinas por la ventana del colectivo
- Las ancianas con tacos altos
- Los nenes en general, y los que se hacen los simpáticos en particular
- Las bananas que tienen la cáscara pegajosa
- La gente con mucha caspa en los hombros y remera oscura
- Los adolescentes que usan la visera de las gorritas para el costado
- Los que usan el celular en manos libres durante un viaje en colectivo
- La bocina estilo corneta que usan los colectiveros para saludar a otro colectivero
- El jamón en la pizza
- La gente cool que habla de libros y cine iraní que no entiende
- La depilación que no te aguanta una puta semana
- El jabón con pelos
- La gente que pone cara de boluda cuando es evidente que se mandó una cagada
- Los vasos de plástico con borde filoso
- Que se me rompan los breteles del corpiño
- Los viejos que manejan autos caros
- La gente que pone la música del auto fuerte para que la escuchen los demás (alguien te pidió?)

Puedo seguir, pero me parece mejor juntar cosas nuevas y hacerlo por etapas.
Si en los comentarios me quieren anotar el número de alguna clínica psiquiátrica, bienvenido sea.

domingo, 7 de noviembre de 2010

Bonito!

Regalo optimista para los días de calor!
Regalito especial para Marita y Juan, que esta semana les va bonito!
Click en el título, manga de mangas!

Ruqui al quirófano

Hace tiempo que tengo un lunar en la espalda, abajo del omóplato, y luego de muchas idas y vueltas un cirujano con ganas de cortar me dijo "ahhh, no, esto hay que sacarlo". Y Ruqui, entre sumisa, cagona e hipocondríaca, se presentó el 2 de noviembre en la clínica para despojarse de su lunar sin saber que le esperaban unos preparativos quirúrgicos más parecidos a una cirugía a corazón abierto que a un simple lunar.
Llegué al lugar, me recibió una asistente que todo el tiempo me decía Romi, gordita y demás señales de confianza que no teníamos. Me mete en un cuartito y me dice "bueno, sacate la ropa dejala acá, pone esta bata con la abertura del lado de atrás, ponete estas botitas de tela y la cofia"
Para ese momento yo creí que me estaban confundiendo con otra paciente que tenía que hacerse alguna intervención seria, pero como me llamaba por mi nombre dejé esa duda de lado.
Y así, semi en bolas, me llevaron a un quirófano, me hicieron acostar boca abajo y, por supuesto, la batita no dejó nada librado a la imaginación durante los 20 minutos que duró la intervención. Quiero mencionar que, gracias a Dios, me dejaron los calzones (como dice mi abuela) para evitar que me sintiera peor de lo que me sentía, y no por la anestesia o por que me doliera algo, sino por no poder dejar de pensar en la imagen que estaba dejando.
En fin, terminó la intervención, me cosieron cual matambrito y me devolvieron al cuarto donde me reencontré con mi ropa y con mi dignidad.