Volví a andar en bici. No elegí el mejor día, ya que fue feriado y olas de ciclistas salieron al Parque Saavedra a despuntar el vicio sobre las dos ruedas. Igualmente la gente ésta vez no fue el problema. Ni la gente, ni los mosquitos que me trago, ni los nenes que gritan, ni los colectiveros que, por cierto, están muy amables. Ésta vez el problema fui yo.
Arranqué andando tranquila, a mi ritmo que es 10 veces más lento que el del resto del universo, no es una novedad, pero iba bien, tranquila, cantando mentalmente una canción que me gusta. No había problemas a la vista en los primeros 5 kilómetros, no había drama a los 10 kilómetros, tampoco pasó nada malo a los 15 km. Era raro, pero lindo estar tan tranquila. Hasta que a los 18 kilómetros de recorrida empiezo a sentir la bici pesada, pesadísima. Pedaleaba y era como si mi peso se hubiera multiplicado tanto que me impedía avanzar. Empecé a frenar cuando veo que la rueda de adelante era como un disco de masa cruda, como si en vez de rueda de goma le hubiera puesto plastilina.
Se pinchó la rueda, dije. Frené, mire un poco como si entendiera o supiera como solucionarlo y, no nos engañemos, no sabía que hacer. Así que me saqué el casco, tenía la frente llena de marquitas porque mi bocho es grande, pero no me importó porque más ridícula quedo con casco y lentes de leer, así que sabiendo que estaba a 2 putos kilómetros del auto, empecé a caminar.
Me enojé con todo lo que me rodeaba y me enojé con el destino que hizo que me quedara la calza al mejor estilo ´80, con un culo largo que traté de tapar con el casco pero era peor el remedio que la solución.
Eran como las 11 de la mañana, calor, mucho calor. Yo caminaba y veía pasar a todas las demás bicis a los santos piques y refunfuñaba mientras caminaba "hijos de puta, disfruten sus bicicletas de mierda y la puta que los parió, mierdas", "claro, no me podría haber quedado a tres cuadras del auto, bien en la conc... de la lora se viene a pinchar esta rueda de mierda". Eso decía y repetía una y otra vez, hasta que noté que los padres del novio de una amiga me miraban. Si si, la amiga puteadora de su nuera, soy yo!
Los saludé, me miraron con condescendencia pero yo necesitaba seguir caminando y ellos seguir con su footing, así que ahí seguí, con 2 km. esperándome para ser sufridos, especialmente porque me crucé a mi papá, que me preguntó si estaba todo bien, para acompañarlo con un "bue, camina que yo te espero en el auto"!!!! Quedate conmigo, padre abandónico, pero ni me escuchó!
Esa es una de las nuevas pistas de que debo dejar de intentar con los deportes, pero si creen que un clavo, un culo ochentoso, dos kilómetros a pata y un sol agobiante me van a frenar, capás que tienen razón, ya veremos.
(Nota para los fabricantes de asientos de bicicletas: A ver si los pueden hacer más grandes y acolchonados porque sino van a recibir una denuncia mía. Es obsceno ese tipo de asientitos!)
3 comentarios:
Su vida bicicleteril es horrible Ruqui, busque otro deporte!
Decí que papá es un guacho, la otra vez cuando se quedó él, vos te bajaste y te fuiste caminando!
Pino sos un turro!!!!!
Saludos cordiales!
pd.: si Pino se entera de esto, el buchón la va a ligar.
Che, que mal Pino! No quiero agitar, pero es tu progenitor, media pila!
Quiero que sepas que como dice Marita tu vida bicileteril es horrible pero me hace reir horrores, te imagino y me caigo de la silla! JAJAJAJJAJAJJAJAJAJAJAJAJAJAJJAJAJA
No se rinda Ruqui en sus pruebas de ciclismo o nos vamos a perder estos momentos, ojo la risa como siempre es con usted y no de usted, me imagino la escena y no tengo mas que sumarme a las risas de Cani, ja, ja, ja, perdon!!!
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