jueves, 29 de octubre de 2009

El furor del licuado

Pasó el día de la madre y, además de preciosos regalos que les dimos a las madres de la casa, ha llegado a nuestras vidas esa juguera a la que le metés la fruta con cáscara y te sale un regio licuado de lo que se te ocurra.
Mi madre está obsesionada con ese artefacto y con pedirnos que comiéramos fruta, así que fuimos con mi padre y mi hermana a comprarlo.
Al principio lo miraba con desconfianza pero a las pocas horas ya estaba metiendo cuanta fruta tenía en la heladera y ahora me transformé en una máquina que analiza mentalmente qué fruta o qué verdura combina con otra.
Los chocolates, las galletitas, las caramelos me miran desde su lugar extrañados porque ellos, mis fieles amigos, no entienden porque ya no los visito tan seguido como antes. Pero no desesperen, siempre guardo un lugar en mi corazón y en mi panza para ustedes.
Porque todos sabemos que el licuado es sólo un furor que por ahora no puedo abandonar pero que pronto podré combinar con otros vicios, ya sean las golosinas o ya sea el vodka para preparar daikiris de frutilla.

3 comentarios:

Mar dijo...

Para mi con vodka o ron! pero los licuados solo de frutas, que ricos son, y con mucho hielo! mmmm

Taller Literario "El Plumero" dijo...

jajaja! Mike estuvo antes de irse con mania por los licuados, almorzabamos y cenabamos con licuados!!! Pero no teniamos tanta tecnologia asi que lo metia con pulpa, semilla, lo que venga! Quedaban tan espesos que ni ganas de comer teniamos despues. Te lo digo: el camino de los licuados es un camino de ida...

marita dijo...

para mí se te va a pasar cuando te pudras de limpiar ese aparato del infierno!