Como ya les había mencionado antes, estas vacaciones no sólo me sirvieron para descansar y divertirme a lo pavote, también pensé, poco, perop pensé. Y fue así que me di cuenta que ya desde el arranque de este periplo hice las cosas de otra manera, a saber, por ejemplo, hice el bolso el último día, hecho que para mi concepción de los viajes es casi un pecado. En realidad no es mi concepción, sino la de mi familia, la cual se va de viaje el 20 y para el 15 ya tiene que salir en batón porque metió todo en el bolso.
Cuando noté ese detalle me dí cuenta que este era el momento para probar como es la vida de los que hacen las cosas con menos anticipación, y hacia allí fuí.
No es un detalle menor que Anuqui, amiga de vida y viaje, es la reina del último momento (no puedo llegar a su nivel, es mucho!) y entonces comenzé a tratar de imitar algunos de sus actos o por lo menos ver que me pasaba con el último momento de los demás, y no fue tan terrible.
Ya tengo fama de que no me gusta esperar o llegar tarde, pero como eran vacaciones lo analicé y me dí cuenta que en realidad no me molesta dejar las cosas, algunas no todas, para el final, y lo que es aún peor es que no me ofuscó que los demás lo hagan, es más era una especie de descompresión de mis genes, como un escape.
En realidad me doy cuenta que en ciertas circunstancias la desorganización me libera y se parece más a mi, no me gusta que todo esté organizado antes y saber que va a pasar, y que todos esperen que yo ya tenga todo organizado antes, me molesta más aún.
Asíque descubrí que para ciertas cosas la no previsión funciona regio!
1 comentario:
quiero primero agradecer la paciencia de la lic. ante la reina del ultimo momento pero tb me hizo reflexionar y pensar que es tan dificil para ella dejar todo para último momento como para mi hacer todo con anticipación! igual siempre esta bueno romper con la rutina y sorprenderse a uno mismo haciendo lo q nadie espera!
Publicar un comentario