Gente que busca gente

Ayer fuí al autocine a ver una película de la que no tenía ningún dato, nada de nada.
Llego al parque Centenario, me siento en una sillita muy incomoda que auguraba dos horas de dolor de espalda extremo, pero me la iba a bancar.
Ya antes de arrancar la peli me había comido el 78% de los tentempies,por lo que rogaba a los santos evangelios que el film en cuestión fuera bueno para olvidar el detalle alimentario.
21:30 hs. comienza la película, Fotografías de Andrés Di Tella (el hijo de Torcuato), una especie de documental autobiográfico, en él cual el autor busca reorganzar su historia familiar la cual incluye una madre india ya fallecida que nunca le había contado nada de sus orígenes, un padre muy paquete que se había casado y luego separado de su madre, un hijito muy adorable, un tío que hablaba como Apu y un viaje increíble por la India para saber quien era.
Luego de ver la película me dí cuenta que bueno es esto de usar las artes audiovisuales para solucionar los problemas, sin contar el hecho de tener el dinero suficiente para semejante periplo. pero es una buena actitud que muchos toman a fin de ahorrarse tiempo en terapia. Andan mal con los padres y hacen una película, se pelean con el novio y escriben una novela, están enfermos y se despiden con un poema que hace llorar hasta las rocas.
Es es canalizar bien los sentimientos y de paso pegan un laburo. Yo no tengo esa capacidad, me siento mal y lo único que me sale es llorar, patalear, pegar algún que otro grito, pero más de eso no hay.
Por eso es que tanto el señor Di Tella (h) como todos aquellos que logran llevar sus historias personales a algo más que una mera anécdota merecen mi total admiración.