Ya tengo una licenciatura en macanas. Una máquina soy, ya creo que pifiar es un estilo de vida.
Que sabio el que de pequeña me decía pato marrueco.
Si por lo menos no me diera cuante que meto la pata, vaya y pase, pero no, encima me arrepiento, tengo plena conciencia del acto pifiador y no lo sé arreglar, no me sale, no sé como.
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