jueves, 17 de septiembre de 2009

Composición: el perro

Uno de mis perros se enfermó. Drama. No caminaba, no comía. Acostado en la esquina del comedor sólo movía los ojitos y pasaba las horas así.
Uno, humano, lo mira, lo acaricia, lo mima, lo lleva al veterinario, llora, se enoja, dice "hay tanto hijo de puta sano en el mundo y justo se tiene que enfermar mi perro".
Te sentás al lado a esperar que el perro se ponga bien. Te vas a dormir y pretendés que a la mañana te venga a despertar moviendo la cola y siendo feliz nuevamente. Pero no. A la mañana está en la misma posición en la que lo dejaste hace horas.
Ocuparse, preocuparse no parece suficiente para que ese animalito vuelva a ser el que te recibe cuando llegas a tu casa después de viajar en colectivo con adolescentes gritones, viejas que odian a la gente joven y gente en general con cara de culo.
Mi familia y yo somos de esos raros que incorporaron a sus mascotas a la familia, pero sin que ellos posean todas las actitudes y personalidades que uno le reprocha a su familia. Son perfectos y ya. Hacen mil macanas por día pero siguen siendo los mejores. No hacen nada pero sin embargo eso es más que suficiente para que sean los más especiales del universo y universos aledaños.
No sé que pasará con mi perro, ahí va, parece que se mejora y espero que así sea. Lo amo, los amo y no quiero pensar en no tenerlos. Así como muchas veces me pasa que no logro acordarme de cómo era mi vida antes de tenerlos, tampoco puedo pensar en que no estén. Sé que no son inmortales (grave error de quien los haya creado, permítanme decirlo) pero los quiero seguir teniendo conmigo mucho más.
Transformaron mi familia, la llenaron de felicidad y con su llegada lograron algo de lo que muy a menudo trato de escapar, lograron que yo no me escape de una reponsabilidad.

3 comentarios:

manu dijo...

Comparto lo que decis de los perros, con el solo hecho de llegar a casa se te tire encima, empiece a correr por todo el patio de la felicidad de verte la verdad que son unicos y ni te cuento cuando vamos al parque nos revolcamos como dos chicos, pero bueno perdon por este rato de nostalgia que me agarro, seguro que con todo el afecto que recibe se va a poner bien!!!!

Mar dijo...

desde aca mando toda mi energia (positiva, claro) para que se ponga bien...

marita dijo...

Yo también tuve miedo ruqui, la verdad que de sólo pensarlo se me hace un nudo en la garganta. Hoy está mejor, tiene más linda y tranquila la carita, eso me tranquiliza a mí... creo.
Homero me salvó cuando llegó a casa, era un momento laboral muy difícil para mí en el que recibía un promedio de 9.000 hdp por día! así fue el corralito, quería salir del banco para volver a casa a reencontrarme con es montoncito de pelos, necesita estar con el único ser que estaba feliz de verme y me recibía con todo el amor del mundo. Si se hubiese ido me habría sentido terrible, ahora entiendo que es mortal.
Besos a Nina también que es mi otro solcito!
Gracias por escucharme aunque sé que mucha gente no comparta que alguien tenga sentimientos por un animal.
Besos, Marita