Ha nacido Mía, una especie de sobrina política y todavía no la conozco, pero ya me atrevo a escribir acerca de ella porque, teniendo conocimiento de quienes proviene, no la puedo pifiar.
Es increíble la llegada de los bebés al mundo, el tema del parto merece un blog aparte, pero las condiciones en las que llegan, se incorporan a una familia, se convierten en el centro de todo, son una fuente inagotable de asombro para los adultos que ante pocas cosas ya parecen asombrarse. Nos entretienen horas enteras con sus manitos, sus ojitos, sus uñitas, sus mejillas, sus narices, tan perfectos, tan nuevitos, tan frágiles para apachurrarlos, cuidarlos, quererlos y transformarlos en amos de todos los "ahhh", "que divinoooo/aaaa", "me muero, movió la manito", y demás idiomas extraños.
Lo que me interesa ahora es hablar de esta nueva humana que llegó a la vida de todos. Parece mentira que algo tan chiquito traiga tanta alegría a la vida de tantos adultos, que olvidan sus problemas de trabajo, sus apuros, sus malhumores, sus complicaciones para entregarse a la dulzura y la tranquilidad del mundo de esa bebé que sin decir nada calma todas las angustias y llena las caras de sonrisas.
Que como no podría ser de otra manera de esos padres y de esas familias sólo puede salir un encanto de bebé, además de ser las personas que yo elegiría si tuviera la posibilidad de tener doble familia.
Por otra parte, quiero decirle a Mía, que entre todos tenemos el cometido de hacerle la vida feliz y que todo está diseñado para que esa tarea sea llevada a cabo al pie de la letra.
Bienvenida pequeñina, todos ansiabamos conocerte!
2 comentarios:
Mía es linda, muy linda!!!!!!! Soy feliz por haberla conocido!!!
ay!! q bueno q nacio!! el mundo la esperaba ansioso!!
bebenida mia!!
seguro va a ser la bebe mas feliz...
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