Resulta que el mundo está preparado para enterarse que un cura se ató a mil globos y nunca más apareció. Es un notición todos nos vemos y nos decimos "che, viste que loco lo del cura, que boludo", es el chiste fácil, tema de debate, pero pasan dos o tres días y nadie se acuerda.
No es que esto pase sólo con el salame este, pasa con todo, aún con lo más dramático de la historia de cada uno de nosotros.
En cuanto nos pasa algo estamos todo el día pensando en eso, buscándole la vuelta, sufriendo, llorando, pataleando y todo tipo de exposición innecesaria.
Si bien cuando nos pasa algo que acapara todos nuestros "noticieros personales" no suele durar sólo dos o tres días, es cierto que con el tiempo nos vamos olvidando de ello o dejando de darle importancia.
y después en algún encuentro con amigos, un asado, una reunión familiar, aparece siempre alguien que te dice: "che, te acordás cuando te la pasabas protestando/llorando/pataleando/sufriendo por tal persona o cual cosa?"
Y si bien, quizás por un momento pensas "que inoportuno este tipo/a de traer esto a la memoria", te das cuenta que hace mucho no pensabas en eso, y hasta te podes permitir recordarlo con una sonrisa y contando alguna anécdota que antes no hubieras podido ni pronunciar sin llorar un poco.
Gracias a Dios que existe el tiempo para que las cosas pasen, se diluyan las partes más complicadas y que la distancia haga parecer que no todo es tan grave como parece.
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