sábado, 1 de marzo de 2008

El poder de la escritura

Hoy mientras veía el documental sobre el regreso del diario Crítica, de la mano de Jorge Lanata, escuchaba a este último hablar acerca de lo llamativo que era para él que aún sobrevivieran los diarios, el poder que tienen y la importancia que las personas le dan a la palabra escrita, como si lo que está escrito fuera más certero, real y preciso que lo que podemos ver u oír.
Es así que me puse a pensar en todas las veces que creemos que algo es más seguro si está escrito en un papel.
A pesar de que eso que está plasmado en el papel también pasa por el filtro cruel y metódico de quien lo lleva a cabo, lo creemos directamente, o por lo menos con un poco menos de rigurosidad, que si lo vieramos.
Me dí cuenta que, por ejemplo, la gente se casa y saca una libreta roja en la que le dice a cada una de las partes los pormenores de la vida conyugal, como si la gente no supiera o no lo intuya a pesar de que no se lo diga la libreta roja del registro civíl escrito, seguramente, por un juez que no cree en el amor.
O cuando nos duele la cabeza y alguien nos dice que tomemos tal o cual cosa, y antes de tomarlo leemos el prospecto para estar seguros de que sirve.
Así creo que pasa con los diarios "serios", la gente acude a ellos como fuente de verdad absoluta. Los políticos los analizan de punta a punta, los obreros los devoran en el colectivo o el tren intentando encontrar la respuesta a las crisis, las amas de casa, antes de usarlo para envolver la lechuga, lo toman como fuente de verdad al momento de debatir en la fila del banco.
Y así, algunos más que otros, creemos en lo que vemos escrito, por eso es que me enoja, me molesta, saber que hay diarios que se venden por el vil metal y que deforman tanto la realidad hasta llegar a ser un parva de hojas que tranquilamente podría ser en su totalidad la sección de chistes.
Es una pena que nos condicione algo más que el simple modo de ver las cosas del redactor, sin vicios, sin condicionamientos externos. Pero parece que el gran diario argentino y demás yerbas, evidentemente, no son el gran diario de ruqui, afortunadamente.

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