Los sábados a la noche son un punto de inflexión para los solteros. Y dentro de este selecto grupo de "de a uno" que encontramos podemos decir que hay muchas subdivisiones.
La primera podría ser la de los infatigables que cada sábado empilchan y se producen para salir e ir al encuentro de otros solteros con la esperanza de transformarse en la cita inamovible del resto de los sábados del otro.
Después tenemos a los que no se producen y están a la espera de los sonidos mágicos del celular que les anuncien que aquel que creían que se había olvidado de ellos, finalmente los recordó. Luego tenemos a los que creen que los sábados no son días diferentes a los demás e inundan sus noches con películas, video juegos, cervezas y pizzas sin moverse del sillón más que para abrir nuevamente la heladera o atender al chico del delivery de la heladería.
También, no podemos olvidarnos, de los chateadores que visitan cuanta sala de chat exista con su nik perfectamente pensado y su capacidad intacta de conseguir una cita, claro que vía internet, para la semana.
Obviamente que tenemos muchos más estilos de solteros pero más allá de eso, pensaba qué hace que muchos de los seres humanos sin pareja ocupen su tiempo en pasarse al bando de los que si la tienen. Qué hace tan atractiva la posibilidad de tener un otro al lado, y especialmente los sábados a la noche.
Es difícil ser soltero, como casado, como estar de novio, como la primera cita, como la última. Pero indefectiblemente la mayoría intenta perseverar en la dificultad de ser dos.
Y más allá de la comodidad de ser uno, casi sin excepción buscamos la manera de que, mientras nos servimos la segunda copa de vino, pensemos que estar con otro quizás podría ser mejor.
Pensaba esto luego de ver una película en la que la protagonista se separa y tiene que adaptarse a su nueva vida de soltera viviéndolo con pesar y siendo el lugar donde todos depositaban sus miradas condescendientes hacia la nueva "sola" del grupo.
En esta película ella transcurre su nueva soltería con citas fallidas que involucraban seres impresentables, para llegar al final logrando enamorarse y ser nuevamente la mujer feliz.
Y pensaba que quizás podrían haber mostrado esta historia desde otro lugar, ya que me quedé con la sensación de que los 120 minutos habían sido una carrera de la muchacha en cuestión para escapar de su soltería, cuando en realidad podría haber huido del lugar en el que los otros la habían ubicado.
No siempre debemos correr más rápido que nuestra vida de solteros para no ser alcanzados. Pero por qué hay tantos ejemplos que parecen mostrar lo contrario?
2 comentarios:
Ya lo sabemos: Hollywod te arruina la vida!!! No queremos más cine Hollywodense!!!
Hollywood con esta van....
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