sábado, 15 de octubre de 2011

Comedia para todos

Los años me han enseñado que casi todo en la vida puede tomarse con humor y transformarse en una buena anécdota para salvar la noche en alguna reunión con conocidos o para recordarlo en casa y reír a carcajadas.
Si estoy en confianza, puedo decir que las hechos más impresentables de mi vida los recuerdo con humor y los repito mentalmente hasta que llegué el momento de desdramatizarlos olímpicamente.
Desde concurrir a médicos, pasando por abandonos de novios, situaciones familiares disfuncionales hasta obsesiones varias, todo me ha servido para que la vida no me haga estar más inadaptada de lo que estoy.
Sin ir más lejos el otro día les contaba a unos amigos lo que me pasa últimamente en los medios de transporte público, más precisamente en el colectivo.
Todos los días para ir a mi trabajo me tomo el mismo colectivo, con la misma gente específicamente en la primera parada del recorrido. Uno, como buen loquito, suele encariñarse con un lugar específico del colectivo y suele querer viajar en ese lugar, claro que una persona normal sólo lo desearía, pero para mí es casi un amuleto sentarme en ese lugar elegido.
Pero claro, siempre suele subirse alguien delante mío y, a pesar de tener todo el colectivo para él, va y se sienta es "mi" lugar. Aclaro lo de mi lugar con comillas porque entiendo que ese lugar no ES propiamente mío... aún.
Sorteado este detalle del asiento usurpado, paso a otro de mis conflictos, el cual ocurre cuando me siento en un asiento doble y la persona que sube detrás de mi, repito que teniendo todo el colectivo libre, viene a sentarse a mi lado. Por qué me pregunto yo, y debo confesar que una vez lo dije en voz alta espantando a la persona que se sentó conmigo.
Les reitero que comprendo perfectamente el concepto de medio de locomoción público, pero por alguna razón mi cerebro y mis temas psicológicos no parecen hacer caso a las normas de convivencia y tolerancia del mundo en general.
Puede ser que me afecte tanto que alguien se me siente al lado para compartir codo a codo un viaje de no más de 20 minutos? Tiene que haber una explicación como esas que pregonan que no tolero los vínculos estrechos, que alejo a las personas para no sufrir, que necesito espacio. No puede ser sólo intolerancia a los humanos.

3 comentarios:

Mar dijo...

Este ejemplo es clara "intolerancia a los humanos". Son relaciones esporádicas, no requiere mayor análisis! jajja

Lic. Laura A. Gonza - Lic. Carolina Basualdo Bodart dijo...

Romi por cosas parecidas ahora que tengo el auto puedo decir que soy feliz. Viajar en colectivo saca lo peor de uno...Ya sabemos cual sera tu proxima adquisicion!

manu dijo...

Coincido con lic. Laura, desde que tengo movilidad propia me ahorre el calvario de viajar cuasi animales al matadero, tendrias que considerar el cambio Ruqui!