Afloja con los postres

Vivir sola trae cosas lindas y cosas feas, y a veces las dos al mismo tiempo.
Desde que me mudé se me ha dado por experimentar con distintos platos que variaron entre la panadería (la época del pan), las recetas más sanas (sanguches vegetarianos, trigo burgol, semillas varias) pero ahora, con la llegada del frío, y con los 3 paquetes de "baibiscuits" que mi madre me fue dejando en reiteradas oportunidades me dí cuenta que podía hacer postres. Si, pura caloría de la que en un futuro me voy a arrepentir pero que hoy en día transforma mi cocina en la fábrica de las delicias gourmet más deseadas.
Arranqué la semana pasada con un postrecito de esos instantáneos al que le hice un "colchón" de baibiscuits y pedacitos de chocolate.
Después vinieron los baibiscuits bañados en chocolate, onda barrita de cereal, igual de esa sólo pude comer una , acompañada por 15 litros de agua.
Y ayer a la noche, mi mejor creación, mi destacado, mis 10 Ruquis se los llevaron las "trufas a la Ruquitouille", una genialidad a base de baibiscuits, dulce de leche y licor de chocolate hecho bolitas y listos para ser degustados con un té.
Porque los gustos hay que dárselos en vida y si son autogestionados, mucho mejor!