La gente con tiempo libre, vida social, calma, tranquilidad, fe en si misma, capacidad de retención de datos y confianza eterna me saca de las casillas.
Cuando doy un examen tengo derecho a quejarme, sufrir, llorar, comer porquerías, tomar gaseosa a cualquier hora y atribuirlo a la angustia oral sin necesidad de dar explicaciones ni sentir culpa por ser la persona más amarga, ciclotímica y despeinada del planeta.
Así como uno de los textos que estoy leyendo dice que los adolescentes poseen una "moratoria" como un tiempo prolongado para ingresar en el mundo adulto (espero que me tomen esto porque es lo único que recuerdo sin mirar los apuntes)yo tengo la "impunidad de la estudiantina" para que no me pidan nada, ni me puteen y me quieran a pesar de mi.
Mañana vuelvo a ser yo con más sufrimientos, golpes, torceduras y lamentaciones varias, por supuesto más divertidas que tener el culo apoyado en una silla.
1 comentario:
ánimo Ruqui! Peor es viajar en el colectivo con adolescentes que salen del colegio........ eso es odiar! y no voy a poner lo que realmente quiero porque me van a tildar de muchas cosas que no son!
besos
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