Con dos días de reposo me alcanzó para darme cuenta que cuando estamos enfermos no deberíamos estar cerca de nadie.
Sin fiebre pero con mucho dolor de garganta, sin voz y con un dolor de cabeza insoportable, me quedé en la casa de mis padres para que se queden tranquilos, la que no se quedó tranquila fui yo, porque justo pegué fin de semana y todos tenían tiempo para ver cómo me sentía. Entre mi papá que descubrió que las zapatillas de goma hacen ruidito al subir la escalera (el clásico ruido que hacen los jugadores de basquet con las zapatillas, ese!) entonces subía y me decía "viste que raro, hacen ruido" y lo repetía y lo repetía. Es más ya no sé si lo repetía tanto o yo lo escuchaba entre dormida. Después mi mamá que está en su momento "la gelatina cura todo" y me ofrecía gelatina a cada rato, mi abuela que insistía que mis mascotas me habían pasado los gérmenes y que por eso estaba así, mientras repetía "tirale a todo Lysoform" y mis perros que me miraban como diciendo "epa, qué pasa con el afecto que lo estamos racionando!?".
Así fue mi fin de semana, entre montañas de gelatina, ruidito a los San Antonio Spurs y lluvias de Lysoform que me indican que antes de enfermarse hay que pensarlo dos veces.
2 comentarios:
Me parece que lo que deberías haberte replanteado es eso de ir a lo de tu famili a "curarte", la próxima llamame y yo te "cuido"(lease no darte bola para sumergirme en la tv)! je
Pero ya estas bien?
es verdad...uno quiere estar enfermo para faltar al trabajo y pasar todo el dia en la cama con la tele pero cuando esta enfermo de verdad te sentis tan mal que preferis ir a trabajar...bueno no se si tanto pero un poco si
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