Mi abuela me invitó a pasar una semana a Merlo- San Luis y como no lo conocía, me mandé.
Lo cierto es que mi abuela, una señora mayor, no solía quedarse tanto en la pileta como yo y mucho menos ir a hacer algún treking por la sierra como yo, por lo que algunas actividades las hice sola. Es así que me descubrí más antipática de lo que creía, sin entablar conversación con adultos por largo rato, ni poner cara de simpática a los nenes que arruinaban los silencios tan preciados en plena sierra, ni arrimándome a las charlas de grupo alrededor de la pileta.
Ahí andaba Ruqui, con su libro y su ipod siempre a mano para cobijarme de las posibles charlas innecesarias que solían arrancar con un "hola! calor eh?!", "y tu abuelita?", "ustedes, de dónde son?"...Por favor, flaco me viste subir en Liniers, soy de Buenos Aires, de dónde voy a ser? de Puerto Madryn? pero pasé por Liniers y me tomé el micro. Haceme el favor!
Además cuando, por un error de cálculo, lograban preguntar de dónde era y les contestaba, la mitad no sabía donde quedaba y cuando ellos me decían su barrio yo tampoco lo conocía, así que fin de la charla.
Me sentí rara sin entablar charlas pero la verdad es que necesitaba silencio, escuchar nada o sólo la música que llevé o sólo charlar con mi abuela de cuando era joven y se rajaba a los bailes sin permiso.
3 comentarios:
Estoy con vos ruqui hay momentos en que se tiene que apreciar el paisaje en silencio y mas aun despues de llegar al lugar deseado, por otro lado que grosa tu abuela cuando se rajaba a bailar sin permiso una adelantada para su epoca,genia!!!!
Que bueno romi!!! Son lindos esos viajes de introspeccion forzada, me siento identificada, porque no soy lo que se dice simpatica o anima viajes de gente desconocida...
Bien ruqui! Yo sabia q tenias algo de maruchi adentro! Y lo descubri, EL ANTIPATISMO! En eso t pareces a mi, igual lo veo dificil, sos simpatica hasta cuando crees q sos mala onda!
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