Aquellos que me conocen desde hace algunos años saben que hubo un momento en mi vida bastante oscuro que en parte fue el motivador de mi concurrencia a un terapeuta, entre otros mambitos que no vienen al caso.
El hecho del que les hablo es que me empezó a preocupar mi nivel de violencia mental en los medios de locomoción. Ojo que sé que no soy la única que se saca viajando cual sardina en nuestros bien amados medios públicos, pero el hecho que me violentaba no era la falta de espacio, sino que la aparición de personajes nefastos era la raíz de mi ira incontrolable.
Como para muestra sirve un botón aquí les va la experiencia mas recordada titulada "Hamelin sin talento en el 96:pasaje al infierno"
Corría el mes de mayo, empezaba el frío, así que mi mente ya presagiaba que las ventanillas del colectivo 96 iban a permanecer herméticamente cerradas a pesar de la multitud que regresaba del trabajo o iba a estudiar a las 19 hs.
Luego de que se me fueran 2 colectivos, el tercero tuvo la bondad de parar porque estaba a segundos de tirarme en el medio de Av. Rivadavia con tal de que pudiera llegar a la universidad.
Me subo al colectivo, mucha gente, casi imposible lograr agarrarse para no caer y ser pisoteada por todos los pasajeros. Al lado mío unos adolescentes que no tenían para nada en cuenta el concepto de ducharse después del fútbol, un señor que no hizo a tiempo para desabrigarse antes de subir al colectivo por lo que sudaba pobre hombre a más no poder y, para que seguir detallando, un rejunte de humanos que no hacían más que maldecir ese medio de locomoción.
Como si el escenario no hubiera sido lo suficientemente apocalíptico, luego de un par de cuadras recorridas escucho detrás de mí un ruido espantoso y repetitivo. No podía creer lo que mis oídos estaban escuchando, pero si, si señores, un niñito de unos 10 añitos empezó a ensayar vaya a saber dios que cosa relacionada con una flauta!
Si, una flauta dulce insoportable que hacía doler hasta el cráneo, creo que hasta a la flauta le dolía el ruido que hacía el pibe ese.
Y así fue que el niño empezó su práctica flauteril, lo que no se puede negar es que el pibe era persistente, o un terrible hijo de puta, porque cada vez que arrancaba y le salía mal la melodía a los dos segundos empezaba de nuevo. No sólo eso, cuando se equivocaba, osea siempre, le gritaba a la madre "má, no me sale, otra vez".
Ahí, luego de 10 repeticiones, empecé a rogar que el colectivero frenara de golpe y que el niño se trague la flauta, que la madre lo haga bajar y dejarlo sólo con la flautita abajo del puente de Diaz Velez, que alguien agarre la flauta y la tire por la ventanilla, apretarle los dedos con la puerta plegable, algo!
Pero no sólo eso, yo sentía la necesidad de frenar todo y decir a grito pelado "para pendejo no te das cuenta que no te sale y no te va a salir, que no le podes romper las pelotas a todos los que viajan con tu musiquita boluda, sabés los problemas que tiene esta gente? sabés que medio colectivo tiene ganas de darte un bife por rompe pelotas? si no hacés la tarea en tu casa no es problema nuestro, apaga un rato la televisión y ponete a hacer las cosas del colegio, vago sin talento". Para luego insultar al resto de los pasajeros "y usted señora qué me mira con esa cara de sorprendida, o me va a decir que le encanta el ruido de mierda que esta haciendo el hijo de Chucky", "y ustedes cuatro que están super chivados, loco, déjense de joder, tienen un tufo que parece que se hubieran caído adentro de un matarife, no es gracioso, dúchense porque se van a morir vírgenes"
En fin, eso es todo lo que se me ocurrió, por lo que cuando llegué a la facultad me senté en mi lugar con cara de asustada y mis compañeros me preguntaron qué me había pasado, a lo que les respondí "tengo miedo de mi misma, quise matar con la mente a un nene, se me cortó la cadena".
Y ahora está pasando otra vez, ya les contaré.
4 comentarios:
Que relato digno para la secuela de la pelicula dia de furia, no te asustes que esos dias los tenemos todos, estan totalmente justificadas tus declaraciones, te tendrias que preocupar si te pasa todos los dias y todo el tiempo, me imagino que no es tu caso, no???, ja,ja, no te enojes por favor por el humor, veo que lo del flaco de la moto en Bariloche no era la primera vez
Nooo, lo del boludo de la moto era un canapé, nada más.
Y si, me pasa casi todos los días, ahora que lo mencionas me preocupo más.
Beso Manu!
si, si le pasa seguidito, doy fe! esta historia ya la sabia, pero no sabes lo que me MATE DE RISA! q graciosa que sos!
Pensemos en volver a hablar con la señora que te escucha, y no me refiero a tu amiga invisible
la relación entre colectivo, niño de 10 años y flauta dulce da como resultado único la muerte de esa criatura del demonio!
Yo me violento cuando hay una parejita frotándose al lado mío, o besándose con ruidos nauseabundos, en ese momento le pido a Diosito que se apiade de mí y que se mueran con dolor, pero no, se ve que pedir eso sólo sirve para que las demostraciones triple equis se incrementen a punto tal de hacerme temblar el ojito como persiana americana al viento!
Publicar un comentario