miércoles, 24 de junio de 2009

Dejame sola

Resulta que desde que me mudé a mi hogarcito vengo viendo una araña en el techo del living. Es una de esas arañas menuditas pero con unas patitas muy largas. No son de las onda tarántula que a la vista ya se nota que son jodidas, pero una tampoco se puso a charlar con ella para saber sus intenciones, así que la venía controlando. Parecía que en el living había encontrado su lugar y como estaba lejos, pegada al techo, la verdad es que pegamos buena onda. No, buena onda no, pegamos respeto, cada una en su lugar, no s hacíamos compañía. Hasta que una noche llegué y no la vi más. Me dije "qué hago, me preocupo?". Decidí que no me iba a preocupar, capás que la tipa se fue por ahí, se metió por el agujerito de la luz, al que todavía no le puse la tapa, o simplemente se fue a otro lado. Pues no, no se había ido. Anteanoche me meto a bañarme y cuando tiro la cabeza hacia atrás para enjuagarme el champú la veo a la muy zorra ahí, en esa especie de rejillita de techo para baños que no tienen ventana. Estaba tejiendo, por lo que me hizo pensar que desde el living hasta el baño me había tejido todo el techo. No era tiempo de pensar en eso ahora, era tiempo de actuar. Qué hacer? la mato, no la mato, porque en resumidas cuentas la tipa estaba laburando. Pero no la podía dejar ahí. Quería ponerme el toallón, salir del baño y decir ", una araña gigante, matala", pero no, estaba sola, así que lo tenía que hacer yo. Por un momento pensé en dejarla ahí pero después me dije "esta si llegó hasta acá un día de estos la tengo en la pieza o en mi almohada". Listo decidido, la mato, pero con qué. No intento que el relato se ponga porno pero imagínense que estaba en bolas y con el champú chorreando hacia el ojo porque la lluvia de la ducha caía abajo de la araña que nunca supo de mi temor. Bueno, miro las cosas del baño, nada me sirve hasta que veo el cepillito del inodoro, lo tomo y en un golpe seco le doy a la araña, no sin antes gritar "perdón" no sólo por cagarle el laburo sino también porque al matar bichos no quiero escuchar el ruido que hacen. Luego recordé que eso servía sólo para las cucarachas pero bueno. Que muerte más indigna para la araña aplastada por un cepillito para limpiar inodoros. Luego del golpe miré el cepillo pero la araña no estaba. No la encontraba. Capás que no la maté y la tengo en el pelo. Si, seguro, empecé a saltar en la ducha, un peligro, pensando que la tenía encima. Pero no, en eso se me da por mirar el piso y la araña estaba ahí. Para sumarle indignidad a su muerte el pobre bicho se quedó enredado en la rejilla, lo tuve que aplastar. Un espanto. Pero ahí fue mi primer aventura en la soledad de mi hogar.

5 comentarios:

marita dijo...

ay Ruqui, sos una guacha! por qué la mataste???????? era más fácil terminar de bañarse, tomar un papel, obligarla a caminar sobre el papel y abrir una ventana y echarla! greenpeace, ruqui es una asesina en potencia!
en fin, igual sos mi hna, no puedo enojarme con vos, besos

Manahi dijo...

todo eso te parece más fácil que matarla, marita?!?!? Más generoso con el medioambiente y con la vida de la araña que se equivocó de casa, si...pero más fácil?

Lic. Ruqui dijo...

jajajajajajaja

marita dijo...

ay mirá quién habla!!! la misma que tiene fotos de almohadones hace 15 años y no cambia de foto, por favor Manahí!
y vos no te rías tanta Ruqui! puede que sea largo lo que expliqué pero era fácil, no me digan que no!

Mar dijo...

yo comparto con marita! perdon! el otro dia en la oficina del trabajo aparecio una parecida a la de la casa de Ruqui y yo hice lo que Marita dice, papel, camina, a la vida... es facil! si si