Qué, lindos recuerdos?

Ponerse a recordar las cosas que nos han pasado no siempre tiene los resultados esperados. Podemos poner el foco en recordar cosas lindas que forman parte de nuestra historia pero nunca falta el clásico recuerdo "rompe burbuja" que nos tira todo al tacho y nos hace volver a esos lugares de mierda cuando no fuimos tan felices o tan dignos como para ser recordados.
Claro que afortunadamente esos recuerdos tristes con el tiempo se transforman en algo gracioso que algún amigos nos hace recordarlos con una porción de pizza de por medio y tres litros de cerveza encima. Es el momento en que te dicen "che, contate cuando "coso" te dijo esa pelotudes". Y entonces, estallando en una carcajada, decis "uh, si, te acordás lo que me dijo, que hijo de puta, pensar que yo sufría".
Y como este blog es parte de mi anecdotario, ustedes ya son como mis amigos y la cosa está más que superada puedo ponerme a recordar frases como "no, no es eso, no me pasa lo mismo que antes", "me voy, pero no hagas ninguna boludes" (con la mirada puesta en el balcón del piso 30), o la memorable "y viste cómo es, siempre hay nuevas personas dando vueltas".
Una se ve de lejos y dice "cómo no se me ocurrió pegarles una buena patada en el culo a estos chotos!?" o responder "flaco no me voy a matar, tomátela que empieza la novela".
Pero no, una se queda, se mortifica, se hace la Santa Juana de Arco al re pedo creyendo que el amor es como la carga del celular y que un día pega el duplicate y listo todo arreglado.
No no no, y no me canso de decirlo. Por suerte ahora tenemos todas las redes sociales y una psicóloga que es oro hecha profesional para contar, sanar y recordar con una sonrisa.
Igual, exes, en el fondo, siempre los voy a querer. Lejos, pero los querré siempre.