miércoles, 30 de junio de 2010

De como me volví obsesiva

Era cuestión de tiempo para que llegara el día en que al subir al colectivo me ponga a pensar más en los virus y gérmenes que en cuánto cuesta el boleto, o que al tocar dinero, pasamanos o picaportes trate de calcular cuánto tiempo tengo que soportar hasta lavarme las manos.
Y es que me he transformado en una obsesiva de la limpieza de manos, ahora alimentada con alcohol en gel. Pero déjenme que les diga que yo no siempre fui así, en mi niñez no tenía este tipo de problemas y como prueba de eso puedo contar varios ejemplos: tomaba bebidas del pico con todos mis compañeros de la pileta, hacía natación en piletas de dudosa calidad de llenado, iba a torneos de aguas abiertas donde los peces flotaban muertos y había burbujas de combustible y aceite en el agua, se me caía el tenedor al piso y lo volvía a usar sin pensar en todas las alimañas que se habían pegado en él.
Todas estas cosas, es mi teoría, colmaron mi capacidad para soportar la falta de higiene y es por ello que ahora no puedo soportar pensar espacios públicos donde la limpieza no es habitual. Sumado a esto están los noticieros que cada tanto mandan al aire un informe en el que te muestran la cantidad de cosas que hay pegadas en los caños del colectivo, transformando mi vida en una constante amenaza que hace que me plantee muy seriamente darme duchas de alcohol en gel o que empiece a salir con guantes de látex, escafandra y pomos de Lysoform en la cartera.

3 comentarios:

manu dijo...

Nos tenia un poco abandonados a sus lectores del blog, pero valio la espera ya me la imagino con todos los aditamentos antibacterias y me muero de la risa, jajajaja, ojo con respeto, jajaja, espero no se convierta en el personaje de la pelicula el aviador con la mania por los germenes Ruqui!!!!

Manahi dijo...

Ahora que escribiste eso me puse a reflexionar y me di cuenta de que a mi me pasó lo contrario! Será que no tomo casi colectivos, no existen los subtes y no nos afecto la gripe A pero creo que me volvi más descuidada y ya no me preocupo por bacterias, ni por ponerle lavandina a la verdura o lavar minuciosamente la fruta. Veremos quien vive mas! jajajaj
Igual siempre veo los dispensers de alcohol en gel, me encanta ponerme!

marita dijo...

Odio el alcohol en gel!