Se dice crisis

Por la gripe porcina no tengo trabajo por un mes. Mis alumnos seguramente están chochos de la vida utilizando sus martes y sus viernes a la tarde-noche para hacer cualquier otra cosa que no involucre el idioma inglés. Yo, mientras tanto, extraño mis horas en el colegio, extraño escuchar las voces nerviosas de los profesores que se empeñan en denunciar la falta de interés de los alumnos, extraño ver la sala de profesores desde adentro y adivinar a los alumnos mirando desde afuera para ver si faltó la de contabilidad, extraño los gritos de los pibes repitiendo "jelou ticher", "ticher lisen tu mi", extraño que se enganchen con alguna actividad o que me pregunten si va con nota o nota (todo va con nota sino no me dan bola!). Pero lo que más extraño de todo es verme a mi trabajando, teniendo paciencia, sintiendo que soy útil, sintiendo que lo que hago sirve.
Sé que gran parte de esta quietud laboral es mi responsabilidad, no sé si fueron buenas o malas elecciones, pero al fin y al cabo son mías y me las tengo que fumar, pero por momentos esta quietud me mata, por lo que ir a la escuela es el momento en el que me siento más incluída en el mundo y me veo como me quiero ver todo el día, en movimiento.
Esto del trabajo y la mar en coche seguramente sea una crisis pasajera que con terapia podría analizar más profundamente, pero aprovecho que tengo mi blog para decir lo que tengo ganas y que ustedes se enteren, que tanto, yo soy mi propia jefa de edición!