viernes, 29 de julio de 2011
Me fui para volver
Me fui unos días de viaje. Bariloche me esperaba con su frío, sus montañas, su lago, su ceniza y sus ambientes hiper calefaccionados (mal para la naturaleza, chicos!).
Es notable como los viajes le permiten a uno pensar de un modo que en la vida nos parece imposible, despreocupada de horarios, apuros y responsabilidades. Uno cree que todo está bien y quiere quedarse en ese estado siempre.
La comida te engorda y no te importa, el frío te congela y no molesta, el colectivo no pasa y seguís esperando sin putear. Todo parece lindo, hasta lo feo.
Por eso les muestro un poco de lo que ví para que ustedes viajen un poco también.
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