jueves, 21 de abril de 2011
martes, 12 de abril de 2011
Se cayó el sistema
La vida cambia constantemente y no podés decir "che, yo paro un rato y después los alcanzo" no no no, señores, hay que seguir hasta que llega el momento en que nos vamos adaptando a los cambios y se nos hacen más llevaderos.
Yo nunca fui muy amiga de los cambios, especialmente laborales, por las dudas decía no puedo/no sé hacerlo/ que esto lo haga Dominguez que él se da maña, y así veía el colectivo partir y dejarme a gamba.
Para recrearles algunas situaciones del terror que experimentaba en trabajos nuevos les comento que tuve un ataque de pánico en una oficina donde me habían dejado haciendo una prueba de ingreso y me mandé a mudar sin dejar ni siquiera una mala excusa. En otro caso trabajaba sola en una oficina durante 8 horas y me ponía canciones tristes en la compu para llorar sola frente al escritorio. Y en otra oportunidad me escondí en el baño para planear mi huida de la oficina, cosa que no hizo falta porque ese día me iban a rajar porque no vendía nada.
Después de todas estas imágenes tristes, hoy me toca tener un trabajo que me gusta y las veo como una circunstancia graciosa pero en su momento no fue la muerte en camiseta y pensé que nunca iba a llegar a ser un ser humano trabajador que entre a un lugar y por lo menos la conozcan hace más de 6 meses.
Digamos que es maduración, suerte, crecimiento o lo que sea pero lo que si sé es que encontré un lugar al que me gusta volver.
Yo nunca fui muy amiga de los cambios, especialmente laborales, por las dudas decía no puedo/no sé hacerlo/ que esto lo haga Dominguez que él se da maña, y así veía el colectivo partir y dejarme a gamba.
Para recrearles algunas situaciones del terror que experimentaba en trabajos nuevos les comento que tuve un ataque de pánico en una oficina donde me habían dejado haciendo una prueba de ingreso y me mandé a mudar sin dejar ni siquiera una mala excusa. En otro caso trabajaba sola en una oficina durante 8 horas y me ponía canciones tristes en la compu para llorar sola frente al escritorio. Y en otra oportunidad me escondí en el baño para planear mi huida de la oficina, cosa que no hizo falta porque ese día me iban a rajar porque no vendía nada.
Después de todas estas imágenes tristes, hoy me toca tener un trabajo que me gusta y las veo como una circunstancia graciosa pero en su momento no fue la muerte en camiseta y pensé que nunca iba a llegar a ser un ser humano trabajador que entre a un lugar y por lo menos la conozcan hace más de 6 meses.
Digamos que es maduración, suerte, crecimiento o lo que sea pero lo que si sé es que encontré un lugar al que me gusta volver.
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